La soledad, ¿bendición o desgracia?

La soledad ha sido definida como la epidemia del siglo XXI. Cada día hay más personas que se sienten solas aun estando rodeadas de gente. Y, en contra de lo que se podría pensar, no es esta una cuestión que afecte solo a las personas mayores.

El hombre es un ser social por naturaleza. Desde que nacemos nos movemos alrededor de personas: en la familia, en el colegio, con los amigos. Quizá sea por eso que consideremos la soledad como algo negativo, algo que va en contra de la esencia misma del ser humano.

Sin embargo la soledad elegida libremente no es para nada algo negativo sino todo lo contrario. El retirarnos temporalmente a un lugar tranquilo puede tener un efecto medicinal y terapéutico. Sirve para reflexionar, para conocernos mejor a nosotros mismos, para tomar conciencia de lo que estamos haciendo, para potenciar el pensamiento creativo,.. Por tanto este tipo de soledad es beneficiosa para personas de cualquier edad.

Pero hay otras veces en las que el sentimiento de soledad tiene un carácter muy diferente. Ocurre cuando se tiene la sensación de que no hay nadie a nuestro alrededor dispuesto a escucharnos o a echarnos una mano. Cuando se tiene la sensación de que, a pesar de estar rodeado de personas, no se tiene a nadie con quien poder contar.

En plena era de internet y de las nuevas tecnologías, se pueden tener cientos de agregados a las redes sociales y sentirse solo. Se puede aparentar que se tiene una vida repleta de actividades y sin embargo sentirse terriblemente abandonado por todos.

Nuestra propuesta desde SEREM es aprender a estar solo sin estar triste porque soledad y tristeza no son palabras sinónimas. Enseñar a los niños que no es necesario que tengan todo el tiempo lleno de actividades para que no se aburran.

Enseñarles que cuando estamos solos nos fijamos más en nuestro alrededor, en los pequeños detalles.

Aprender disfrutar de la única compañía del yo nos aportará fortaleza y mejorará nuestra autoestima. Nos enseñará además a respetarnos a nosotros mismos, paso indispensable para aprender a respetar a los demás. Estar solos nos permitirá poner los problemas en perspectiva y analizar qué es lo que nos hace felices y lo que nos disgusta, entendiendo así mejor nuestros sentimientos y los de los demás.

Las personas interesadas en saber más sobre el tema pueden acudir el próximo 16 de febrero a las 17 h al Centro Social de Corea en Gandía. Entrada libre.

Alicia Faus Fluixá
Psicóloga Especialista en coaching

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