Esta frase la vengo oyendo desde que empezamos con el confinamiento. La repiten personas muy distintas entre sí y sin embargo ahora, todas ellas, han llegado a la misma conclusión: las cosas que les producían intranquilidad, angustia o desasosiego, han perdido toda su fuerza. Ahora son tonterías.
¿Qué es lo que ha pasado?¿Qué ha cambiado en tan poco tiempo? Ha cambiado nuestra percepción de los hechos, nuestro foco de atención. Y con ellos, nuestra escala de valores se ha recolocado y lo que hace dos semanas parecía muy importante, ahora no lo es tanto.
Mi propuesta de reflexión es la siguiente ¿Hemos de pasar por una pandemia mundial que nos obliga a estar recluidos en casa, para reflexionar y tomar conciencia de si las cosas que nos preocupan son realmente importantes o son tonterías como decía el autor de la frase?