El diario de Ana Frank

“Vago de una habitación a otra, subiendo y bajando las escaleras, como un pájaro cuyas alas han sido cortadas y que en oscuridad total se lanza golpeándose contra los barrotes de su estrecha jaula”.

Uno de los libros que he tenido ocasión de leer en este período de confinamiento, ha sido El diario de Ana Frank. Era una lectura que tenía pendiente y ha tenido que ser en este momento, cuando quizá tenga más sentido que nunca leer un libro como este.

Se trata, como muchas personas ya saben, del diario que escribió una niña de 14 años durante los dos años que estuvo encerrada junto con su familia en un pequeño escondite huyendo de la persecución judía protagonizada por los nazis durante la segunda guerra mundial.

Una persona que, pese a su extrema juventud, supo afrontar el cautiverio con valentía y optimismo, pero sin librarse de momentos duros como el que describe el párrafo inicial. Y eso que para hacer su reclusión más llevadera, lo único que tenía era la compañía de su familia y de algunos libros. Ni internet, ni redes sociales, ni televisión, ni siquiera una ventana o balcón donde poder asomarse a ver la luna llena o a disfrutar del calor de los rayos de sol.

Si leemos una experiencia como esa, os aseguro que nuestro estado actual deja de tener un aspecto tan terrible. Es una situación incómoda, dura en algunos momentos, pero mucho más agradable de lo que fue el confinamiento de Ana y su familia. Os recomiendo esa lectura y os deseo que os inyecte el valor, la fortaleza y los ánimos que ha conseguido inyectarme a mi.

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