“Pienso que con menos apoyo familiar y más necesidad económica, me habría lanzado a algo”
Esta frase la dice un joven que a sus 27 años todavía no ha encontrado su camino en la vida.
Inició varios estudios universitarios y en ninguno encajaba, por lo que al poco tiempo abandonaba.
A nivel laboral no se ve cualificado para trabajar en nada, tiene miedo de no estar a la altura y no se presenta a las ofertas que van saliendo.
Y ahora que su proceso de coaching le está llevando a reflexionar sobre su modo de comportarse, toma conciencia de que quizá no se ha puesto en marcha porque no le hacía falta, porque se lo podía permitir. En otras circunstancias más duras igual ya habría superado sus miedos e inseguridades.
En efecto, en general, el ser humano se pone en marcha en momentos de crisis, cuando las cosas no van bien. En tiempos de bonanza económica y laboral las personas se limitan a seguir en lo que están haciendo sin parar a preguntarse si eso les satisface o no.
Ahora estamos en un momento de cambio. Aprovechémoslo para tomar conciencia de nuestros recursos y diseñar un futuro que nos llene.