«Ni vivo ni dejo vivir, siempre hablando del trabajo».
El comentario lo hace un pequeño empresario que por fin, al cabo de los años y tras la insistencia de toda su familia, reconoce que dedica demasiado tiempo al trabajo y acude a buscar ayuda. Y hasta ahora no se daba cuenta de que los días iban pasando; sin prisa pero sin pausa. Y si hacemos eso, un día podemos descubrir que los hijos se han convertido en unos desconocidos, que no tenemos proyectos comunes con la pareja o que ya no podremos coronar el Kilimanjaro.
El trabajo es importante, sí. Pero también hay otras cosas necesarias en la vida de toda persona. ¿Las estamos atendiendo?
Os propongo un ejercicio para empezar el año. Aparte del trabajo, valorad otras facetas de vuestra vida a ver si tienen una puntuación notable o no llegan al aprobado. En este último caso plantearos cómo cambiarlas. Las áreas a analizar serían: mente, amigos, físico, finanzas, espiritual, familia y ocio.