«Siempre voy en contra mía». Es una frase aterradora. Tomar conciencia de que tu peor enemigo eres tú mismo. Y es que lo hemos comentado muchas veces, el lenguaje interno es muy importante. Los mensajes que nos damos cada día, minuto a minuto, segundo a segundo, determinan nuestras emociones.
Y no somos conscientes de ello, de manera que cuidamos el lenguaje externo, las palabras que usamos, las expresiones, el tono de voz,…, pero no hacemos lo mismo con el lenguaje interno. De ese modo, lo que nos decimos a nosotros mismos puede tener formas como:
“es lo que te mereces, espabila que pareces tonto, todo el mundo te toma el pelo, nunca lo vas a conseguir, mira como tu vecina si que se lo monta bien,…”
Y todos esos mensajes son aceptados sin ser cuestionados, por lo que pueden bloquearnos, paralizarnos y disparar nuestra ansiedad.
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