Esta es una pregunta que hago ahora con bastante frecuencia a las personas que trabajan conmigo. Y la mayoría me responde con cosas que hacían habitualmente y que la situación actual no les permite hacer: ir a cenar o de copas, viajar, dar largos paseos por la montaña,… Resumiendo, la mayoría de personas ansiamos recuperar lo que teníamos.
Sin embargo hubo una respuesta que me sorprendió. Una persona me respondió que realmente no se sentía tan mal ahora. Estaba haciendo otras cosas que también le gustaba mucho hacer y que normalmente no tenía tiempo para ellas. Además ahora no vivía pendiente del reloj. Tenía tiempo. Así que no se sentía tan impaciente por recuperar lo perdido.
Magnífico ejemplo de adaptación a las nuevas circunstancias, de ver el lado positivo de las cosas. Esa persona, lejos de sentirse mal por estar recluida, saldrá fortalecida de la situación. Y es muy, muy posible que su vida ya no vuelva a ser nunca más como era antes del covid-19. Mejorará
Os propongo un ejercicio. Hacer una lista de cosas agradables que habéis tenido ocasión de hacer en este mes que dura el confinamiento, y que no habríais podido hacer en circunstancias normales.